“En
la antigua Grecia el apoyo popular que recibía un gobierno dictatorial era
concebido como demagogia. La expresión también alude a la manipulación
deliberada para ganarse a alguien. La Real Academia de la Lengua española, en
el marco político, resume y complementa el término en una sola idea; ganarse
con halagos el favor popular. Fragmentos
de los discursos del presidente Ricardo
Martinelli obligan a pensar en la referida expresión, como ocurrió a principios
de año, el 7 de enero del 2013, en el recinto parlamentario de la Asamblea
Nacional: “Vengo con la satisfacción de
ver que nuestra pequeña Panamá es hoy una nación más pujante, que ha continuado
su proceso de desarrollo y es a los ojos del mundo una tierra de oportunidades
para nosotros, para nuestros hijos y para todos los hombres y mujeres del
mundo”.
Hernando
Gómez Buendía, experto académico en desarrollo humano, y autor de diversos informes
del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), no coincide con la
retórica del dignatario. Gómez Buendía explica que el alto crecimiento
económico que presenta Panamá, hace más injusta la pobreza, precisamente por la
mala distribución de las riquezas.
A
la disonancia existente entre el Panamá rico y la pobreza que azota a casi
medio millón de panameños que pasa hambre, hay que agregar los niveles de
endeudamiento a los cuales el empresario
ha conducido al Estado y que la población tendrá que asumir mediante el importe
de nuevos impuestos y otras restricciones, como ocurre hoy en algunas naciones
europeas asediadas por la crisis financiera.
Según
una publicación del diario La Prensa, a fines de septiembre de 2013, el
endeudamiento se ha incrementado en un 41%, es decir, 15 mil 707 millones de
dólares. Al cierre del 2014 la deuda ascenderá a 17 mil 227 millones.
En
su visita a la sexagésima octava reunión de la Asamblea General de Naciones
Unidas, en la ciudad de Nueva York, el 25 de septiembre, Martinelli se jactó
del premio: “Américas 2012”, que recibió el país, en la categoría; “Reducir la
Pobreza Extrema y Hambre”. El galardón fue entregado a uno de sus ministros,
Guillermo Ferrufino, en torno al Programa “Red de Oportunidades”, iniciativa
social que fue creada durante la administración del presidente Martín Torrijos
y que entre algunos beneficios entregaba 50 dólares mensuales a mas de 75 mil
500 personas en estado de pobreza. El programa ha sido modificado y ampliado
por el actual gobierno. Lo que no mencionó el Presidente, es que este fue un
certamen diseñado para estimular a funcionarios por sus esfuerzos y avances en
el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, establecidos por
Naciones Unidas, ni tampoco hizo referencia a que en ese mismo año -2012-, la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe -CEPAL- reveló que el 12.4%
de los panameños viven en situaciones de pobreza extrema, lo que significa que
450 mil personas no son capaces de cubrir sus necesidades mínimas de
alimentación. La cifra de panameños que pasan hambre, supera a la que refleja
la población total de 69 países, entre ellos Bahamas, Belice, Islandia, Aruba,
Barbados, todos con una población menor a los 418 mil habitantes.
Según
estudios del PNUD, pese a que Panamá posee un alto índice de empleo, su
productividad es reducida y de baja remuneración. El organismo sostiene que el
país también tiene un alto porcentaje de informalidad, sin asistencia social o
jubilación.
Los libretos escritos por sus asesores, o bien
improvisados por el propio gobernante, escandalizan a cualquiera por las
imprecisiones y contradicciones que contienen. Hace poco, durante una
entrevista televisada, calificó de mentiras los informes que demuestran que Panamá
es el segundo país con la peor distribución de las riquezas y aseguró que
manejaba otros estudios –que nunca mencionó- desconociendo que esos reportes
emanan de la CEPAL y el PNUD, dos importantes instancias de Naciones Unidas. Sin embargo, días después, durante su
presencia en la sede del organismo mundial, aludió a uno de esos dos
entes, afirmando que de acuerdo a las
estimaciones de la CEPAL, Panamá, con un Producto Interno Bruto del 9%, estaría
en segundo lugar después de Paraguay, país que lideraría el crecimiento de
América Latina para el actual período 2013.
También
en enero, en la Asamblea de Diputados, el presidente Martinelli enunció: “Hoy tenemos más bienes, más riquezas mejor
distribuidas, más posibilidades de realización para quienes antes estaban
condenados a no salir de la pobreza y el atraso y no transitar el camino del
progreso que estaba reservado para algunos pocos”.
Quizá esas riquezas a la que se refiere el
Presidente, tengan relación con el Dubái de los Emiratos Árabes Unidos, ciudad
con la que suele comparar a Panamá -otro discurso demagógico, pues omite la
parte oscura de esta historia-. La moderna metrópoli a la que se refiere el
jefe del gobierno panameño, emergió de la arena del desierto en menos de 30
años, a merced de la explotación de trabajadores
provenientes de India, Pakistán y Nepal. Dichos obreros, considerados la
versión moderna de la esclavitud, fueron engañados con la promesa de recibir
buenos salarios y a cambio recibieron muy poco o casi nada, obligados a
realizar trabajos forzados y lo peor es que muchos no pueden regresar a sus
países de origen porque les quitaron sus pasaportes y sus propias embajadas no
les ayudan.
¿Será acaso que el jerarca está entre aquellos ultra ricos?, que de acuerdo al
último reporte mundial de la consultora
Wehalth-X, con sede en Singapur, en Panamá hay 105 y cada uno amasa 15
mil millones de dólares. La referida firma recopila información de inteligencia
de los más ricos en el planeta, con oficinas en los 5 continentes y cuya
información es tesoro para los banqueros y una red de poderosos.
El
jefe del estado panameño, es propietario de la cadena más grande de
supermercados en Panamá, socio, inversionista y accionista de varias empresas
en el país. En su período de gobierno que concluye a mediados del 2014, ha
sumado a su poder y riquezas varios medios de comunicación entre los cuales hay
televisoras, medios impresos y emisoras de radio.
Durante
su oferta electoral se vendió al país como un empresario, no político, que no
necesitaba servirse del poder para acaudalar más dinero porque ya lo tenía,
incluso dijo que no cobraría un centavo como mandatario y que acabaría con las
desigualdades sociales y la pobreza, sin embargo, aumentó el ITBMS (impuesto de
traslado de bienes materiales y servicios) del 5% al 7%, lo cual representó un
incremento impositivo del 40%. Esto ha degenerado en un aumento de precios en
el costo de la canasta básica de alimentos y medicamentos.
Pese
a la solicitud de los gremios médicos del país que se mantienen en paro laboral
por más de una semana, en rechazo a la imposición de la ley No 69 que autoriza
la contratación de médicos extranjeros, el mandatario la sancionó a través de una
cadena televisiva y ahora amenaza a los profesionales de la salud con
descontarle sus salarios si mantienen la medida de fuerza. Los médicos y otras
agrupaciones sociales del país han denunciado las pretensiones de Martinelli de
privatizar ciertos servicios de la Caja de Seguro Social (CSS) y reiteran que
la ciudad hospitalaria que construye la empresa española, Fomento de
Construcciones y Contratas a un costo de 587 millones de dólares y que llevará el
nombre del mandatario, forma parte de un proceso de privatización de los
servicios de salud, basada en el nuevo modelo de las Asociación Público Privada
(APP), que hace años viene imponiéndose en varios países latinoamericanos. La
Comisión Médica Negociadora Nacional (Comenenal), denunció que la empresa
lucrará con el presupuesto público de salud, lo que encarecerá la atención a la
población que demanda el servicio. En la
misma línea se expresa la presidenta de la Asociación de Empleados de la CSS,
Priscila Vásquez, quien argumenta que con este modelo de gestión unos pocos
manejarán los fondos de esa institución de seguridad social en detrimento de la
población. La dirigente insiste en que es peligroso que una empresa privada administre
ese dinero y alertó al país en torno a que el modelo que intenta implementar la
CSS en la ciudad hospitalaria, lo replicará en las nuevas instalaciones de
salud que construye el Gobierno.
Detrás
de las grandes obras, como la de la ciudad hospitalaria, construida por un
consorcio español, continúan las dudas e incertidumbres por los modelos de
contrataciones públicas, los sobrecostos y los grandes negociados que son visibles
y descaradamente escandalosos. En julio del 2011, Martinelli, reunido con
representantes de 280 empresas españolas, donde explicó el nuevo sistema de
contrataciones públicas dijo, en ocasión del evento Panamá Invest Madrid 2011:
“a España le conviene como fuente de negocio tener a un país seguro, sin
inflación y que recibe con las manos abiertas a quien viene a invertir, Panamá
es el paraíso a descubrir. ¿Será el paraíso a explotar por depredadores y
piratas como en la época de la conquista española?
“De altar se ha de tomar a la patria para
ofrendarle nuestras vidas; no de pedestal para levantarnos sobre ella”. José Martí. Juzgue usted: ¿demagogia
retórica o verdad?
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