domingo, 27 de mayo de 2012

Mi tercera vez en Twitter



Twitter, a mi entender, como medio paralelo informativo, es la red social más importante del mundo. Su fundador, el estadounidense Jack Dorsey, la concibió como un medio de comunicación en lugar de una red social, contrario a Facebook. Ambas crecen de forma precipitada, Facebook con más de 900 millones de usuarios y Twitter con más de 300 millones. 

A mi juicio, el perfil informativo de Twitter y su influencia se debe a la rapidez de la gente en difundir algunos hechos, el papel que los medios le han impreso, ante el crecimiento del fenómeno, y el protagonismo de los políticos. Hace menos de 2 años sabía muy poco de la red. Mis encuentros los resumo en tres. El primero ocurrió a fines de 2010 cuando trabajé en la sección política del diario La Prensa y publiqué la información:“Políticos se suman a Twitter”. http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2010/11/16/hoy/panorama/2403320.asp. El texto aludía al reducido número de estos personajes en la red, solo 10 y todos del PRD. 

En el 2010, Twitter, que inició en 2006, ya era explotado políticamente en otros países. En Estados Unidos, durante la campaña electoral del 2008, se convirtió en un importante protagonista para el triunfo de Barack Obama, mientras que en Panamá ningún candidato la utilizó en el 2009. 

Mi segundo contacto fue a fines de agosto del 2011, cuando preparé un reportaje para TVN Noticias donde hago referencia al mercadeo político, la estrategia de imagen y la manipulación de masas, como las razones que llevan a los políticos a ingresar a la red social. http://www.tvn-2.com/noticias/noticias_detalle.asp?id=58410 

La nota también destaca que Twitter puede convertirse en un arma de doble filo. El presidente Obama, en julio del 2011 perdió 36 mil seguidores cuando su equipo de reelección intentó pedirle a la gente que exigiera a los republicanos aprobar un acuerdo que ampliara el techo de la deuda. 

En el género presentado en televisión también cito el caso del presidente panameño Ricardo Martinelli, quien a mediados de julio del 2011 protagonizó un intercambio de mensajes con Osmar Nuñez, quien en tono irrespetuoso lo cuestionó por el aumento en el costo de la vida y lo calificó de autócrata. Este fue el tweet del joven Nuez: “maldito infeliz, hasta cuando subirás los precios de todo en este país, nos quieres estrangular, maldito autócrata de mierda”. Martinelli, en tono nada gentil ripostó, “respeta hp”. Esto generó reacciones. La connotación del término para los panameños no es un misterio, es la abreviatura de un insulto mayor, es jerga vulgar y ofensiva o bien, expresión de juego y confianza, que evidentemente no era el caso. Pronto Martinelli, tratando de justificar lo que algunos interpretaron como error, escribió: “para todos los mal pensados, hp es Harry Potter”. Muchos no le creyeron. Finalmente borró el texto de su cuenta y curiosamente, el 28 de enero de 2012 anotó: “los tweets deberían ser solo para expresar opiniones y no para insultar ni ofender”. 

Este tipo de conducta pareciera marcarle por sus constantes contradicciones públicas cuando se expresa y por lo cual a lo largo de su administración ha provocado que su credibilidad, imagen y popularidad se vean afectadas. 

Los políticos que dormían el sueño cibernético han despertado. Algunos parecen estar desesperados. Por ello creo que el futuro electoral inmediato augura un Armagedón en Twitter de proporciones interesantes. 

Mi tercer encuentro fue en noviembre del 2011 cuando me agregué a la famosa red. Ahora sé de Twitter no solo por sus protagonistas, sino por mi propia experiencia. Al margen de los beneficios, Twitter expone peligros. La desinformación es uno de ellos. En 140 caracteres se dice muy poco. Esto puede generar desinformación, lo cual dependerá de lo que se escribe y de las intenciones del emisor. 

El otro peligro lo representan quienes ven la red como una cuestión de moda. Van donde la corriente los arrastre y escriben lo que les venga en gana. Pero Twitter al igual que otras redes sociales y el propio internet, se ha convertido en un fenómeno que ha revolucionado la información y que incluso ha saltado la censura. Por ello algunos Gobiernos intentan recuperar el control en la información. 

En enero del 2012, Twitter anunció que empezará a restringir ciertos contenidos en algunos países, hasta advirtió que habrán lugares donde la red podría dejar de existir. Para algunos Twitter, es cuestión de vanidad y entretenimiento, para otros es manipulación y fama. En mi caso, quitar vendas en los ojos de muchos y confrontar a la desinformación, es una forma a través de la cual intento darle sentido a mi tercera vez en Twitter.


viernes, 11 de mayo de 2012

Secretos de los debates presidenciales televisados

Hay preocupación en Panamá sobre las normas que regirán los comicios electorales del 2014. 

La mayoría de diputados le han impreso cambios al proyecto de ley 292 de las Reformas Electorales. Representantes de diversos sectores, miembros de la Comisión Nacional de Reformas Electorales, calificaron el acto como un retroceso a la democracia electoral del país. 

Uno de los textos alterados es el concerniente a los debates presidenciales televisados. Mientras la Comisión propuso dos debates con rigor obligatorio, los diputados abogan por la vía optativa y plantean un cuestionario previamente elaborado. 

Qué implicaciones tienen los debates y por qué algunos políticos prefieren evadirlos? Debatir proviene de la voz latina debattuere, que significa discutir o disputar, que también implica entrar en controversia. 

El debate presidencial televisado confronta a los candidatos y les permite defender sus propuestas. Triunfa el que mejor sustenta sus argumentos y quien sabe objetar las propuestas de sus oponentes. Los debates televisados ayudan a descubrir rasgos de la personalidad de los candidatos que son imposibles detectar en la propaganda política y en los discursos de la campaña electoral. 

En la propaganda política, los eslóganes son estructurados con mensajes dirigidos a convencer y manipular a las masas, usualmente portadores de cápsulas desinformativas y en los discursos, no sobran los que apelan a las emociones y la elocuencia pre elaborada. 

En las vísperas de las últimas elecciones generales, marzo del 2009, el hoy Presidente de la República, asistió al primer debate televisado junto a su oponente, la perredista Balbina Herrera. El finado expresidente Guillermo Endara, eludió el compromiso. Hay quienes calificaron la presentación de Herrera como mejor que la de Martinelli, tanto en el manejo de los temas como en sus respuestas. Posteriormente, Ricardo Martinelli evitó asistir a un segundo encuentro. 

Contrario a la calificación de su adversaria política, hubo quienes evaluaron el desempeño del actual mandatario como deficiente. Escuchar sus exposiciones orales en la actualidad, no dista mucho de lo ocurrido en aquel debate. 

Han transcurrido casi 52 años del primer debate televisado de la historia. El 26 de septiembre de 1960, se enfrentaron John F. Kennedy y Richard Nixon. El debate fue organizado por las cadenas CBS, ABC y NBC. Menos de dos meses después, el 8 de noviembre de 1960, se llevaron a cabo los comicios. Según la revista Time, la controversia fue sintonizada por unos 74 millones de televidentes. Kennedy, con solo 43 años, se convirtió en el presidente más joven de los Estados Unidos. 

Pese a sus buenos ejemplos, Estados Unidos consigna antecedentes funestos sobre la forma como viene manipulando algunos debates desde fines de los años ochenta. Según Democracy Now, programa diario producido en Nueva York y presentado por la periodista Amy Goodman con alcance en todo Estados Unidos y en diversas regiones del planeta, desde 1986, Republicanos y Demócratas ratificaron un acuerdo para controlar los debates presidenciales televisados. 

En 1987, una empresa privada conocida como Comisión de Debates Presidenciales, por sus siglas en inglés (CPD), creada por ambos partidos, patrocina los debates y tramita los contratos que además de ser secretos, le garantizaba a los candidatos la ausencia de críticas y preguntas comprometedoras durante el debate. Este medio revela que durante la campaña presidencial del 2008, las candidaturas de Barack Obama y John S. McCain negociaron un contrato secreto con los términos de los debates durante la campaña presidencial. 

El acuerdo incluía aspectos como quiénes asistirían a las discusiones, qué temas deberían tratarse y la estructura del formato de cada debate. Aunque en Panamá los diputados no nos proponen contratos secretos, sí pretenden impedir que los candidatos tengan que participar de los debates y además buscan evitar que éstos sean sorprendidos con preguntas indeseables. 

Los debates televisados deben constituirse en la primera prueba de escrutinio de quien aspira a convertirse en Presidente de la República. Todos debemos exigir que cumplan con ello, sin condiciones favorables para nadie. Señores diputados; ¿A qué le temen? ¿Qué secretos pretenden introducir en los debates presidenciales?