lunes, 13 de mayo de 2013

Wikicables:“secretos presidenciales”

“Todos los candidatos son pro estadounidense y se espera que continúe la excelente cooperación del actual gobierno en materia de seguridad”.  Así versa un fragmento del cable 04PANAMA40_a, del 8 de enero del 2004  (para entonces gobernaba en el país canalero la expresidenta Mireya Moscoso). Aquella era la lectura que la embajada de Estados Unidos en Panamá, hacía del panorama político en torno a las elecciones generales que se concretarían el 2 de mayo de 2004.

A un año de realizarse los comicios del 2014, este y otros cables diplomáticos, filtrados por WikiLeaks, que no han sido divulgados por la prensa panameña, se convierten en nuevas evidencias que ayudan a restaurar la conciencia histórica de  Panamá.  

En el texto, la sede diplomática compara la campaña política con una carrera de dos hombres, en un campo de cuatro candidatos presidenciales; el perredista Martín Torrijos; los arnulfistas, Guillermo Endara y José Miguel Alemán y el actual presidente, Ricardo Martinelli, fundador y dueño del partido Cambio Democrático.  Los dos hombres eran Torrijos y el fallecido expresidente Endara. La alusión a una carrera está alineada con el  título del documento: “mismos caballos, raza diferente”.

En el cable se infiere que la embajada estaba determinada a identificar los posibles nombramientos ministeriales que podrían ser incompatibles con los intereses de EE.UU,  en torno a las negociaciones del Tratado de Libre Comercio y la seguridad fronteriza  en Colombia.  Esto ayuda a comprender, la relación que hay entre las alternancias en el poder, de quienes gobernaron durante el período post  invasión  y la forma como esos actores acatan los lineamientos de la Casa Blanca.  

El Tratado de Promoción Comercial –TPC-,  obtuvo finiquito en la actual administración de Ricardo Martinelli, pero tuvo su  antesala con Mireya Moscoso y Martín Torrijos.

En el vecino Costa Rica, el referido acuerdo con EE.UU, implementado desde el 2009, no ha dado la lluvia de bonanza prometida en cuanto a prosperidad económica y fuentes de empleos. Su efecto ha resultado ser  diametralmente opuesto. El ingreso de productos provenientes de Estados Unidos, libre de impuestos, ha generado desempleos.  Los daños a la agricultura, provocaron la migración de campesinos  a la ciudad en busca de trabajo. El acuerdo llevó a la quiebra a muchas pequeñas y medianas empresas.
Otro cable posterior al antes citado, el 04PANAMA205_a, del 30 de enero del 2004, descubre pormenores de una reunión que los cuatro candidatos sostuvieron en Panamá, el 22 de enero del mismo año con la exembajadora Linda Whatt y el enviado especial y exembajador de EEUU en Venezuela, el cubano estadounidense,  Otto Reich. Todos los aspirantes pasaron por una entrevista de 10 minutos y una sesión general donde explicaron sus metas y coincidieron en negociar el TLC. 

Sorprende la presencia de Reich en ese encuentro, debido a que en noviembre del 2002 fue destituido por el Congreso como subsecretario para Asuntos Latinoamericanos en virtud de que su nombramiento no había sido confirmado por ese parlamento.  Además, fue señalado por el gobierno de Venezuela como conspirador del golpe contra Hugo Chávez en el  2002.  Según el semanario estadounidense Newsweek, la conjura se realizó en Venevisión, donde Reich se vio con el magnate, Gustavo Cisneros.  Newsweek también reveló que de la oficina de Cisneros vieron salir al empresario golpista y prófugo venezolano, Pedro Carmona Estanga,  antes de autoproclamarse presidente el 12 de abril del 2002.

La embajada manejaba información sobre detalles de las razones por las que Torrijos figuraba como favorito. Analiza el historial de los otros candidatos, considera que Endara puede alcanzar un segundo lugar y  ubica en tercera posición a José Miguel Alemán, respaldado por Moscoso.

El cable del 8 de enero coloca a Martinelli en última posición, según las encuestas, con 5% de aceptación. La embajada apuntaba a que lograría poco más de 4% de los votos, lo cual era suficiente para mantener vivo al partido que él creó. El documento también pone de manifiesto que el italo-panameño, Ricardo Martinelli,  a quien identifica como “el caballo oscuro”, había viajado a Washington el 8 de diciembre del 2003 para mercadearse como un hombre de negocios, administrador talentoso y emprendedor,  capaz de crear empleos, acabar con la corrupción y gobernar el país con efectividad.  Agrega que solicitó el retorno de las Fuerzas Armadas de EE.UU a Panamá, tema en el que volvió a insistir un mes después, en enero del 2004, cuando se reunió con la exembajadora Watt, acompañado de su jefe de campaña, Demetrio Papadimitriu.  

Nueve años después,  tanta insistencia resulta lógica.  La explicación parece tener sentido en la creación de las famosas bases  aeronavales, en el Pacífico y el Caribe panameño. Académicos panameños de la talla del internacionalista Julio Yao y el sociólogo, Marco Gandásegui, coinciden en que se trata de un pacto solapado entre  Panamá y EE.UU., para que los estadounidenses vuelvan a establecer bases militares. Yao cita un acuerdo suscrito durante la administración de Mireya Moscoso, donde se establece que las terminales aéreas y marítimas pueden ser utilizadas generosamente por las fuerzas armadas de Estados Unidos.
  
Pese a la eliminación del ejército en la constitución panameña, el gobierno de Martinelli le ha dado vida a una nueva élite militar conocida como Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT).  El ente armado ha sido denunciado como un aparato represor,  en perjuicio de panameños residentes en los sectores colindantes con los territorios colombianos. Varias agrupaciones populares y grupos indígenas, han sido reprimidos  e intimidados durante protestas protagonizadas en defensa de  sus derechos y ante la amenaza de acabar con su hábitat y los recursos naturales.  

En el cable del 30 de enero se destaca que pese a la creciente insatisfacción del pueblo panameño por la corrupción, ninguno de los candidatos para las elecciones de mayo del 2004  es un Chávez, o anti-sistema y que todos seguirán cooperando con el Partido Republicano en la aplicación de la ley de seguridad.  

Es confesatoria la expresión “un Chávez”, y queda muy claro que para Washington, anti-sistema implica la voluntad y dignidad de mandatarios como el  desaparecido comandante venezolano, que rechazó el servilismo y obediencia a los designios imperiales y geopolíticos de EE.UU.   

La  conclusión a la que llegan los diplomáticos de la embajada de Estados Unidos en Panamá, en torno a la inexistencia de algún prototipo de Hugo Chávez, refuerza su tranquilidad y tiene relación con un cable anterior, el  04 PANAMa145_a, del 23 de enero del 2004.  En el documento la sede norteamericana anota la posición de algunos analistas, quienes aseguraban que el ambiente estaba listo para el surgimiento de un político populista y sin escrúpulos, tipo Chávez, que explotaría la desilusión de los panameños ante la creciente corrupción en la clase gobernante. 

Seguramente el optimismo expresado en el documento diplomático, obedece a que Martín Torrijos, el hijo del General Omar Torrijos Herrera, quien figuraba como el favorito para ganar las elecciones, tal y como ocurrió,  no era igual a su padre.   Pese a los defectos históricos que puedan ser atribuidos al finado militar, no hay duda alguna que los métodos de negociación  que Martín empleaba con EE.UU.,  eran muy diferentes a los de su progenitor.  Igual escenario pintan a favor del General, los logros sociales y las reivindicaciones nacionalistas, la recuperación de los territorios ocupados, el éxodo de la soldadesca gringa y el control absoluto de los panameños en la operación y administración del Canal de Panamá.

Al igual que otros autodenominados torrijistas, el hijo del General, ocupando la máxima magistratura del país, nunca ordenó reabrir una investigación sobre las verdaderas causas que originaron el misterioso accidente aéreo en el que murió su padre el 31 de julio de 1981, cuando el avión bimotor Twin Otter, FAP 205, de fabricación canadiense donde viajaba, explotó en pleno vuelo de manera misteriosa, cayendo fragmentado en el cerro Marta, al norte de Coclesito. A casi 32 años de la violenta desaparición física del general Torrijos, su muerte nunca ha sido esclarecida, ni investigada a profundidad. Los restos de la aeronave, continúan en la espesura de la selva, mientras las conjeturas y teorías abundan.

Panamá: “farsa política”


El futuro inmediato del escenario político partidista, en el marco de una nueva contienda electoral, aunque no parezca, continúa siendo predecible. Un sistema que garantiza el relevo en el poder entre las mismas fuerzas, encuentra sentido en los intereses de familias y grupos económicos, como ocurrió en los albores de nuestra historia republicana.  
 
Los escándalos de corrupción, abuso de poder, clientelismo y nepotismo, han sido titulares en los diarios y noticieros del  país durante los últimos 24 años, en esa alternancia en el poder.
 
La agresión contra la naturaleza, protagonizada por depredadores nacionales y extranjeros, ávidos de explotar los recursos naturales, en pro de su avaricia, también tienen registro en las administraciones del citado período, desde los ex mandatarios arnulfistas; Guillermo Endara Galimany y Mireya Moscoso y los PRD; Ernesto Pérez Balladares y Martín Torrijos, hasta el empresario, ítalo-panameño, Ricardo Martinelli.
 
El supuesto consenso de las fuerzas políticas y económicas en apoyar la propuesta de ampliación del Canal presentada a la carrera por el hijo del General a inicios de siglo, hace pensar que hay intereses más fuertes que el bienestar del país y de su gente. Sus más duros críticos hablan de una planeación incompleta que sigue generando suspicacias. El considerable nivel de abstencionismo registrado en el referéndum del 2006 para aprobar el referido proyecto; sus inconsistencias científicas y técnicas, al igual que las irregularidades no previstas y  los informes presentados por los pilotos del Canal, prenden las alarmas sobre si fue viable emprender el nuevo diseño de la forma como se le vendió al país. Sus avances y dificultades no se conocen a profundidad, y poco se dice del incremento de los costos de construcción que seguramente sobrepasarán los 5 mil 250 millones de dólares.
 
Alberto Alemán Zubieta, quien acaricia convertirse en Presidente, pese al ruido moral que arrastra por sus nexos familiares con CUSA -Constructora Urbana S.A-, una de las empresas del Consorcio Grupo Unidos por el Canal que construye el tercer carril, cuando era  Administrador, aceptó que la obra presenta retrasos y no garantizó  que el proyecto concluya en el 2014, pese a lo prometido en la propuesta inicial. Recomiendo: “La verdad sobre la ampliación del Canal de Panamá. Crónica de un fracaso anunciado”, del Centro de Estudios Estratégicos, de agosto del 2012.
 
Las reglas del juego están delineadas para condicionar torneos donde el que más dinero invierte es el que más posibilidades tiene de ser elegido. Las promesas electoreras  dispersan cápsulas de  manipulación y persuasión mediante la propaganda, que se difunde en los medios masivos.
 
La carga emocional que usa muy bien el clientelismo, suele imponerse sobre propuestas que deben plantear un verdadero plan de país y no un simple programa de gobierno. Quizás por ello la renuencia de los candidatos presidenciales en participar de los debates televisivos, como pasó con Martinelli durante la campaña electoral del 2009.
 
¿Los candidatos presidenciales, Juan Carlos Navarro y Juan Carlos Varela, son una variante al sistema impuesto? ¿A qué grupos económicos y políticos representan? ¿Qué vínculos han tenido con el mandatario de turno? ¿Por qué a Navarro, sus propios copartidarios, además de endilgarle liderar una oposición cariñosa, lo vinculan con empresarios afines a Martinelli? Y qué decir del cable diplomático estadounidense, #08PANAMA897 del 3 de diciembre del 2008, publicado por WikiLeaks sobre la revelación que Ricardo Martinelli le hizo al ex embajador de EE.UU en Panamá, William Eaton, en torno a una alianza con Navarro para que el PRD perdiese las elecciones del 2009 y de esa forma –el ex alcalde-, tuviese el camino libre en el 2014. Ver cable en inglés. http://www.cablegatesearch.net/cable.php?id=08PANAMA897&;version=1314919461) 
 
El descontento hacia la clase política, ¿abriría un espacio en Panamá como ha ocurrido en algunos países latinoamericanos, con gobiernos de corte progresista? ¿Será el Frente Amplio por la Democracia (FAD), de convertirse en partido político, el que prepare el camino que torne el actual escenario predecible en uno impredecible?